domingo, 2 de noviembre de 2008

Culpable

Una calurosa tarde de viento sur de octubre atropellé a un hombre que conducía una moto Burman de gran cilindrada. Él murió en el acto. Yo lo maté.

Mañana se celebra el juicio, la justicia tomará la decisión más oportuna. Casualidad, mañana hace dos años que nació mi hija Clara. Ya tiene dos añitos e igual el próximo cumpleaños me tiene que ir a ver a prisión, por un delito que cometí hace tiempo y que me cambió la vida.


No conocía de nada al hombre que maté. Se llamaba Juan. Por cierto, no me he presentado, yo me llamo Carlos.El trabajaba en un banco y tenía dos hijas de 20 y 16 años. María, la mayor, estudiaba Medicina en Zaragoza; y la pequeña, que se llamaba Carla, estudiaba 4 de E.S.O. Su mujer trabajaba con él en el banco pero en otra sucursal. Eran una familia ejemplar y sin problemas aparentes, o al menos eso daban a entender.


Dos años antes de que Juan muriese, a consecuencia del accidente que yo provoqué, su mujer descubrió que era ludópata. Juan, en el banco, lograba engañar a personas mayores y desviaba fondos usarlos él. Este dinero lo destinaba al juego. Ella se dio cuenta y avisó a la empresa, esta le dio las gracias pero le aseguró que esta situación no podía seguir así. Gracias a que ella había sido muy honrada al confesarlo, el banco no echó a su marido sino que simplemente lo pre-jubiló con 50 años.


La mujer hablo con su marido y ambos decidieron asistir a un asesor matrimonial para salvar su matrimonio. Él además asistiría a un psiquiatra. Decidieron no contarles nada a sus hijas, pero la situación seguía sin funcionar, su matrimonio se desquebrajaba, y ella sabía que no podía abandonarle porque él estaba enfermo a causa de su adicción al juego. La hipoteca les ahogaba y él no había dejado de jugar. Ahora en vez de utilizar el dinero de otros para jugar, utilizaba el de su familia.


Yo, en esa época de mi vida, tenía la misma enfermedad, también era ludópata. Estudiaba empresariales pero mi perdición era el juego. Sólo me importaba ganar dinero y cuanto más mejor. Así que cuando ya no me quedaba más dinero en la tarjeta de crédito de mis padres, me dedicaba a falsear los bonos de comida de mi colegio mayor y así tener liquidez suficiente para jugar. Todos los días, después de comer con mis amigos, me desplazaba en mi coche a otro distrito de la ciudad, en el que no me conociese nadie y así jugar dinero en las maquinas tragaperras. Durante uno de esos desplazamientos, en los que iba ensimismado pensando nuevos y malévolos planes para conseguir más dinero, me salté un semáforo en ámbar y atropellé a Juan.


A lo largo de los años, he descubierto que él se trasladaba a otro punto de la ciudad a hacer lo mismo que yo: Jugar. Nuestras vidas eran paralelas respecto a la enfermedad y se cruzaron en ese maldito cruce. Yo tuve mucha suerte, aunque suene cruel pensarlo e incluso decirlo. Yo salí ileso y el murió por mi culpa.


En un instante fui consciente de que más bajo no se podía caer y me di cuenta de que en el cambio está la evolución. Decidí dejar la carrera e ingresar en un psiquiátrico, porque tenía un problema muy grave. El accidente era la punta de un gran iceberg que debía derretir. Sabía que no iba a ser fácil, pero tenía que conseguirlo.


En el psiquiátrico, me enamoré de mi doctora, ella me ayudó a dar un giro de 350 grados a mi vida. Esto ocurrió hace doce años, ahora tengo 33 años, un trabajo estable y soy padre

Pero la justicia es muy lenta y mañana se celebrará el juicio por un crimen que cometí hace 12 años. No digo que no lo tenga que asumir, pero ya tengo mi vida reconstruida, la cual he logrado formarla con mucho esfuerzo y trabajo, y soy una persona realmente renovada. Lo único que me une a mi anterior vida es ese accidente. A pesar de esto mañana el juez dictará sentencia.




Veinticuatro horas después, el Juez dictó sentencia.


  • A pesar del tiempo que ha pasado las consecuencias perduran, a causa de tu imprudencia en el automóvil Juan no está aquí. Le declaro culpable y tendrá que cumplir dos años de prisión. Se levanta la sesión.

1 comentario:

Xanti dijo...

Dura lectura, pero gran aprendizaje y mejor escritura...

Un gran saludo y espero que sigas bien!!!

Muxux